Esta Columna de Blog esta enfocada a opinar sobre lecciones que encontramos en muchas películas. Sin duda muchas de ellas están llenas de valores y enseñanzas, pero también de lecciones no tan buenas las cuales ayudan a aprender de los errores para seguir adelante.
lunes, 9 de febrero de 2015
El Último Regalo
El Último Regalo, es una bella y emotiva película que narra, de manera entretenida pero a la vez profunda, una historia de desencuentro y encuentro con uno mismo y, en cierto sentido, de conversión. Howard Stevens, empresario multimillonario, muere dejando una familia amargada y disfuncional. Sus hijos y nietos le reprochaban en vida el excesivo interés que tuvo en amasar su riqueza, pero ellos también parecen ahora preocuparse tan solo de la fortuna que esperan recibir. Sin embargo a sus hijos les dejó tan sólo unas migajas de herencia, y a su nieto Jason Stevens le deja una impresionante herencia.
Jason no es un nieto modelo. En realidad, no es una persona ejemplar en ningún sentido de la palabra. Él está acostumbrado a vivir rodeado de lujos materiales y despreocupado de cualquier responsabilidad, su vida se centra literalmente en divertirse y pasarla bien. Amargado con su familia, y en especial con su abuelo, a quien culpa de la muerte de su padre, se sorprende al saber que el testamento de Howard incluye para él una serie de tareas que debe cumplir para recibir un regalo, que él supone una enorme cantidad de dinero. Aunque en un inicio se negaba a hacer las tareas, el interés egoísta y la curiosidad final
mente pueden más, y se lanza a conquistar aquellas tareas y que además le ayudarán a descubrir los aspectos más valiosos de la vida.El camino significó para Jason despojarse de muchas cosas que consideraba valiosas e imprescindibles. Aprendió así el valor del trabajo y del sufrimiento, así como el valor de la auténtica amistad, alegría, gratitud, amor y, por supuesto, de la entrega. Valores totalmente desconocidos para él y que aprenderá no sin esfuerzos y caídas.
De repente, aparece en su vida, Emily, a quien conoce de modo casual. Pronto descubre que ella tiene cáncer, y por tanto una alta probabilidad de morir. No se le escapa la gran paradoja: él, en la plenitud de su vida, con todos los medios a su disposición, malgasta los dones que posee, mientras tiene al lado una niña pequeña, llena de sueños e ilusiones, pero cuya vida se ve truncada por una enfermedad sin cura.
Ambos entablarán una hermosa amistad, y Jason aprende que el dinero puede eliminar muchas preocupaciones, pero no alcanza para la amistad, ni para el amor, ni para prolongar la vida, ni para ninguna de las cosas que son realmente importantes. Incapaz al principio de soñar, Emily le compartirá su sueño: “estar con las personas que amo, que se aman unos a otros, que me aman. Ese es mi día perfecto”.
El Último Regalo, es en cierto sentido toda una parábola de la conversión que siempre exige apertura y esfuerzo personal para ir avanzando a un cambio de vida.
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