En esta ocasión quisiera enfocarme en una película que llegó a muchos corazones y que cambió la forma de pensar de miles de personas. Me refiero a la película de: "Duelo de Titanes".
La película rememora un hecho real que ocurrió en 1971 cuando el proceso de integración racial obliga a dos institutos de Alexandría en Virgina, blancos y otro de negros, a fusionarse, y por tanto también sus equipos de fútbol americano. Para complicar más la situación, esta pequeña ciudad era gran apasionada de este deporte, y la nueva dirección decide poner al frente del equipo, Los Titanes, a un entrenador negro llamado Herman Boone, relegando a un segundo puesto al entrenador del equipo de los blancos.
A mí me gustaría centrarme en lo bien que narra las dificultades de integrar dos equipos de personas para conseguir hacerles sentir uno sólo, con su propia identidad, con los mismos objetivos y con los mismos valores.El proceso no es fácil, pero el método del entrenador Herman Boone es efectivo: se los lleva a hacer la pretemporada fuera de la ciudad, establece nuevas normas, pone como regla fundamental el respeto, trata de crear vínculos entre los jóvenes jugadores, es exigente, pero al mismo tiempo apoya como un verdadero padre de esos muchachos.
Una receta casi perfecta que se podría resumir en respeto. En palabras del auténtico Herman Boone. "Siempre he creído en el respeto. Me enseñaron a respetar al hombre, sus creencias, su cultura, su espacio. Sean cuales sean sus principios, sé que debo tratar con respeto a todo el mundo. Esa ha sido siempre mi regla de oro y la de todos los equipos que he entrenado”.
Me impresiona demasiado el fuerte carácter de este entrenador, porque a pesar de que todo parecía oscuro, sin embargo al final vio la luz de la unión, del respeto, del compañerismo, y en definitiva de la victoria no sólo en la cancha, sino en el campo humano.
En esta ocasión quisiera enfocarme en una película que llegó a muchos corazones y que cambió la forma de pensar de miles de personas. Me refiero a la película de: "Duelo de Titanes".
La película rememora un hecho real que ocurrió en 1971 cuando el proceso de integración racial obliga a dos institutos de Alexandría en Virgina, blancos y otro de negros, a fusionarse, y por tanto también sus equipos de fútbol americano. Para complicar más la situación, esta pequeña ciudad era gran apasionada de este deporte, y la nueva dirección decide poner al frente del equipo, Los Titanes, a un entrenador negro llamado Herman Boone, relegando a un segundo puesto al entrenador del equipo de los blancos.
A mí me gustaría centrarme en lo bien que narra las dificultades de integrar dos equipos de personas para conseguir hacerles sentir uno sólo, con su propia identidad, con los mismos objetivos y con los mismos valores.El proceso no es fácil, pero el método del entrenador Herman Boone es efectivo: se los lleva a hacer la pretemporada fuera de la ciudad, establece nuevas normas, pone como regla fundamental el respeto, trata de crear vínculos entre los jóvenes jugadores, es exigente, pero al mismo tiempo apoya como un verdadero padre de esos muchachos.
Una receta casi perfecta que se podría resumir en respeto. En palabras del auténtico Herman Boone. "Siempre he creído en el respeto. Me enseñaron a respetar al hombre, sus creencias, su cultura, su espacio. Sean cuales sean sus principios, sé que debo tratar con respeto a todo el mundo. Esa ha sido siempre mi regla de oro y la de todos los equipos que he entrenado”.
Me impresiona demasiado el fuerte carácter de este entrenador, porque a pesar de que todo parecía oscuro, sin embargo al final vio la luz de la unión, del respeto, del compañerismo, y en definitiva de la victoria no sólo en la cancha, sino en el campo humano.
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