lunes, 9 de marzo de 2015

Hombres de Honor

Esta vez aprovecho la oportunidad para escribir sobre una película que pone en escena la pasión que puede existir en el ser humano por superarse día a día sin importar los obstáculos a los que tenga que enfrentarse.

Carl Brashear, es uno de los protagonistas, hijo de un campesino, quien decide deja su hogar en búsqueda de una mejor vida. A pesar de todo lo que se interpone en su camino, Carl no deja a un lado su sueño de llegar a ser un buzo de la marina. Al mismo tiempo, se tiene que enfrentar al racismo y a la falta de tolerancia de las personas hacia él, por ser pobre y de raza negra.

Me parece que es una película que no debe dejar de ver, ya que es realmente emocionante ver la manera en que a pesar de las dificultades, existe un deseo interior muy fuerte por alcanzar sus metas y sus sueños.

En los personajes podemos ver el carácter, la integridad y valentía; además de mucha determinación, fuerza y decisión. Todos estos, valores y cualidades que sin duda alguna son imprescindibles al momento de querer lograr una meta.

Se nos da constantemente el mensaje de “NO RENDIRNOS”. Se aprecia el gran compromiso de seguir adelante sin importar las circunstancias y lo que puede lograr el esfuerzo en el cumplimiento de objetivos personales.

A partir de todas las situaciones que se presentan, también es muy importante rescatar el sentido de justicia al siempre tratar a las personas por igual, para así fomentar una convivencia más armoniosa a través del respeto de las diferencias.

Día a día tenemos la oportunidad como seres humanos de superarnos, de defender lo que creemos, de luchar por lo que nos mueve, nos ilusiona y nos lleva a entregarnos a los demás. Existe la tendencia como seres humanos a desilusionarnos fácilmente cuando las cosas no nos salen bien en un primer momento. Sin embargo, esta película es una invitación a siempre intentar las cosas una y otra vez; de tener valores que lleven siempre a la realización personal y dejar a un lado cualquier freno tanto físico como mental que no nos permita avanzar. No hay nada que nos detenga en la vida, únicamente nuestros propios miedos, de los cuales somos dueños y podemos romperlos una vez que decidamos hacerlo.

domingo, 8 de marzo de 2015

La Sociedad de los Poetas Muertos

En esta ocasión, me remontaré en el tiempo para hablar sobre un clásico que marcó la vida de muchas personas: La sociedad de los poetas muertos. Una película en la que se marca una diferencia importante en la tradicional forma de enseñar y aprender en el ámbito educativo.

Cuando el Profesor Keating, protagonizado por el inolvidable actor Robin Williams, llega a esta reconocida escuela de Estados Unidos, propone una manera diferente de pensar y de enseñar. A pesar de ser ex alumno de la misma institución y haber recibido esta educación estricta, él se atreve promover el dinamismo, la participación de los alumnos y sobre todo la posibilidad de pensar de una manera distinta. Él invita a sus alumnos a dejar de cuestionar únicamente los libros y los invita a cuestionarse a ellos mismos para conocerse, para saber sus gustos, lo que les apasionaba y les hacía sentir vivos.

A pesar de que en todo momento, la escuela intenta reprimir que los alumnos desarrollen actividades de su propio interés, los alumnos, motivados por el ejemplo de su profesor, luchan por ser libres y conscientes de sus decisiones, haciéndose responsables de sus actos y aceptando que quizá sus deseos no correspondían a las expectativas que sus padres tenían de ellos.


Me parece que en la película se pone en evidencia todo esto no como un acto de rebeldía, sino de libertad responsable para llevar una vida conforme a los ideales propios y no una vida manipulada por los demás y de acuerdo únicamente al “deber ser” de una clase social.

Decidí también escribir sobre esta película, ya que en ella se ven plasmados muchos problemas que tiene la educación. Parece ser una película de nuestra actualidad, sin embargo ya son más de dos décadas de que fue realizadas y aún podemos ver estas situaciones vigentes.

Más allá de lamentarnos por las carencias que quizá existen hoy en día en las escuelas y universidades, creo que invita a niños, jóvenes, padres de familia y maestros a detenerse y pensar lo que cada uno necesita para poder desarrollar sus capacidades y talentos de la manera más provechosa.

Hoy en día vivimos en un mundo más acelerado, por eso creo muy rescatable el cuestionar las prácticas rígidas y tratar de buscar la flexibilidad dentro de éstas. Considero básico poner en primer plano la parte humana de la persona para conocer sus posibilidades, sus sueños, sus anhelos.
Creo que en este punto radica un elemento importantísimo para transformar vidas por medio de la empatía y el amor; valores que sin duda, se ven reflejados entre el maestro y sus alumnos en esta excelente película.

Perfume de Mujer

Todo empieza cuando un estudiante pobre acepta cuidar a un Teniente Coronel retirado durante un fin de semana para ganar un poco de dinero para regresar con su familia a pasar Navidad.

Esta película ganadora del Oscar en 1992, muestra aprendizajes y valores en cada una de las situaciones que viven Charli Simms, un joven estudiante bueno y noble y el Teniente Coronel Frank Slade, un hombre ciego, de carácter difícil y solitario quien decide emprender un viaje a Nueva York con la intención de visitar por última vez a su familia, tener una velada inolvidable y después suicidarse. Durante el fin de semana que viven juntos, se pueden ver una infinidad de situaciones que hacen que ambos aprendan nuevas formas de vivir y de ver la vida.
Al inicio de la película todo parece estar definido; el Coronel aparece como un hombre agresivo y sin escrúpulos. Sin embargo, conforme se desarrollan los hechos, se muestra como una persona amable, noble, sincera y generosa.


Hago un paréntesis para invitarlos a trasladar esto a nuestra vida diaria, en donde muchas veces nos atrevemos a hacer juicios sin realmente conocer a las personas. Muchas veces no intentamos comprender el por qué de la forma de ser de alguien, el por qué sus temores, de sus reacciones. En esta película, la agresión del Coronel, se encuentra ligada al temor y la profunda depresión que existe en él.

Contrapuesta a la personalidad de Frank, se encuentra Charli, un joven educado, tímido, de fuertes convicciones de humanidad y ayuda. En él se puede observar un gran sentido de integridad, al encontrarse en una situación delicada, por no saber qué hacer respecto a un hecho del que fue testigo. Por una parte, el hablar sobre lo que vio, le daría un beneficio propio (una beca en una universidad de prestigio), pero para obtenerlo, tendría que delatar a sus compañeros y perjudicarlos. A lo largo de la película, ambos buscarán la mejor alternativa para resolver este dilema.

Frank toma el puesto de tutor, desde el cual, le enseña a Charli a descubrir la belleza de la vida, a buscar metas valiosas. Gracias a todo esto, el joven estudiante comienza a lograr resolver situaciones de su vida y a tomar decisiones éticas de acuerdo a sus principios. A lo largo de la película, se pueden ver valores como el compañerismo, la lealtad, la valentía, la responsabilidad, el deber, el deseo, el respeto, la confianza, entre otros.

A pesar de que Frank parece ser quien ayuda a Chali, esto se convierte en una relación complementaria y recíproca. Sin darse cuenta el joven que no tenía aparentemente nada para ofrecer, rescata al coronel de la vida tan vacía y absurda que llevaba y lo ayuda a creer nuevamente en las personas, en que la vida puede tener sentido y en sus valores como persona.

El Coronel a su vez, se convierte en una figura importante y trascendente, no sólo para Charli, sino para toda una institución que lo escucha y observa al dar el discurso final, que está lleno de ideales, ejemplo y convicción en medio de la adversidad.