domingo, 8 de marzo de 2015

La Sociedad de los Poetas Muertos

En esta ocasión, me remontaré en el tiempo para hablar sobre un clásico que marcó la vida de muchas personas: La sociedad de los poetas muertos. Una película en la que se marca una diferencia importante en la tradicional forma de enseñar y aprender en el ámbito educativo.

Cuando el Profesor Keating, protagonizado por el inolvidable actor Robin Williams, llega a esta reconocida escuela de Estados Unidos, propone una manera diferente de pensar y de enseñar. A pesar de ser ex alumno de la misma institución y haber recibido esta educación estricta, él se atreve promover el dinamismo, la participación de los alumnos y sobre todo la posibilidad de pensar de una manera distinta. Él invita a sus alumnos a dejar de cuestionar únicamente los libros y los invita a cuestionarse a ellos mismos para conocerse, para saber sus gustos, lo que les apasionaba y les hacía sentir vivos.

A pesar de que en todo momento, la escuela intenta reprimir que los alumnos desarrollen actividades de su propio interés, los alumnos, motivados por el ejemplo de su profesor, luchan por ser libres y conscientes de sus decisiones, haciéndose responsables de sus actos y aceptando que quizá sus deseos no correspondían a las expectativas que sus padres tenían de ellos.


Me parece que en la película se pone en evidencia todo esto no como un acto de rebeldía, sino de libertad responsable para llevar una vida conforme a los ideales propios y no una vida manipulada por los demás y de acuerdo únicamente al “deber ser” de una clase social.

Decidí también escribir sobre esta película, ya que en ella se ven plasmados muchos problemas que tiene la educación. Parece ser una película de nuestra actualidad, sin embargo ya son más de dos décadas de que fue realizadas y aún podemos ver estas situaciones vigentes.

Más allá de lamentarnos por las carencias que quizá existen hoy en día en las escuelas y universidades, creo que invita a niños, jóvenes, padres de familia y maestros a detenerse y pensar lo que cada uno necesita para poder desarrollar sus capacidades y talentos de la manera más provechosa.

Hoy en día vivimos en un mundo más acelerado, por eso creo muy rescatable el cuestionar las prácticas rígidas y tratar de buscar la flexibilidad dentro de éstas. Considero básico poner en primer plano la parte humana de la persona para conocer sus posibilidades, sus sueños, sus anhelos.
Creo que en este punto radica un elemento importantísimo para transformar vidas por medio de la empatía y el amor; valores que sin duda, se ven reflejados entre el maestro y sus alumnos en esta excelente película.

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